martes, 20 de diciembre de 2011

Me enamoré.


Me enamoré de ti. De tu pelo. De tu forma de peinarte. De tus ojos y de lo que me transmiten al verlos. Me enamore de tus miradas, de las ganas que me das de vivir. De tu nariz, de tu boca, de tus labios, de tus mordiscos. De tu sonrisa y de cada una de ellas.
Me enamoré de tus manos, del tacto que tienen, de cuando me tocas, de cuando las siento en mi espalda. También me enamore de tus pies, de la cara que pones cuando intentas ocultar las cosquillas, de cómo yo no puedo aguantarlas. Me enamore de tus brazos, de cómo me proteges con ellos. De tu ombligo, de tus abdominales, de lo cómodos que son, me enamore de tu forma de vestir de todos los momentos que hemos vivido juntos, de cómo me has hecho sentir. De nuestras risas. De cuando te enfadas y pones cara de niño pequeño. De todos nuestros días y nuestras noches. De tus ronquido. De poder tenerte al lado cuando me levanto. De tus "buenos días princesa". Me enamoré de tus te quiero. De tus muestras de cariño, de tus abrazos, de tus caricias y sobretodo de tus besos. Me enamore de nuestras noches de locura, de lo que me haces sentir cuando estas cerca. De las mariposas que siento cuando te veo. De la nostalgia que siento cuando te vas. Me enamore de nuestros sms, de tus travesuras, de cómo te comportas cuando estás conmigo y con tus colegas. Del miedo que tengo a perderte, y de cómo me dices que estoy loca por pensarlo, de cuando te equivocas y pones cara de disimulación para que no me dé cuenta, pero aún así acabas sonriendo porque te he pillado.
Me enamoré de tu amor, de tus ganas de vivir, de cómo me quieres…
me enamoré de ti.

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